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Las siglas IoT, en inglés Internet of Things, hacen referencia al Intenet de las cosas. Es decir, se trata de una red de objetos físicos (como por ejemplo: vehículos, máquinas, electrodomésticos, calzado, muebles,…) que utiliza sensores y APIs para conectarse e intercambiar datos por internet sin necesidad de interacciones humanas.
Y aunque la conceptualización del IoT surgió en el año 1999, el Internet de las Cosas es un proceso que llevaba décadas gestándose y hoy en día se ve como una herramienta potencial para la revolución y transformación digital.
De hecho, si eres de los que usa un Smartphone diariamente es muy probable que estés haciendo uso del Internet de las Cosas y quizás no te habías ni dado cuenta. Por ejemplo, si con tu teléfono móvil inteligente te conectas a tu televisor para ver una serie en Netflix o HBO o bien controlas las cámaras de videovigilancia de tu casa a distancia, estás usando tecnologías IoT.
Actualmente, la revolución digital la encabeza el IoT junto a la Inteligencia Artificial, el Big Data, la nuble (Cloud) y el Machine Learning. Estas cinco tecnologías se están consolidando como las tendencias tecnológicas emergentes más potentes en el mercado.
Los dispositivos inteligentes generan una gran cantidad de datos que se pueden y deben analizar para obtener beneficios. Con estos, las empresas podrán realizar gestiones comerciales que les ayuden a aumentar sus ingresos.
El hecho de tenerlo todo conectado plantea una serie de preocupaciones a nivel global. Y es que si antes se podían hackear los ordenadores, ahora también se podrá hacer con todos esos objetos que estén conectados a la red: desde las persianas de una casa, pasando por un reloj digital e incluso un coche. ¿Te imaginas levantarte un día e intentar encender el coche para ir a trabajar pero no poder porque está hackeado? Pues aunque parezca ciencia ficción, muy pronto podría ser posible.
Por eso, según Miguel González-Sancho, jefe del departamento de Ciberseguridad, Tecnología y Desarrollo de Capacidades en la Comisión Europea, se ha propuesto un reglamento de certificación de dispositivos en ciberseguridad, que deberá responder a las necesidades de un ecosistema donde deben convivir la seguridad del usuario y las oportunidades de la industria. El objetivo es establecer un marco europeo para asegurar que se respetan y aplican los estándares de ciberseguridad.
Las ciudades también pueden beneficiarse del Internet de las cosas para conseguir ser más inteligentes y eficientes para su ciudadanía. ¿Cómo? Pues por ejemplo, si los semáforos estuviesen conectados a un circuito de cámaras distribuidas por el núcleo urbano que pudiesen identificar el nivel de tráfico y el movimiento de masas, podrían ir cambiando para reducir el flujo de tráfico, evitando que tuvieses que esperar en un semáforo cuando no pasa nadie.
Con este tipo de tecnología, sería más fácil la implantación de los coches o autobuses autónomos.
Y esto es solamente un ejemplo, porque el IoT abre un ventanal de posibilidades. Está demostrado que el Internet de las Cosas repercutirá en asuntos globales como la sostenibilidad en las Smart Cities. El IoT es toda una revolución digital que modificará muchos hábitos humanos así como puestos de trabajo.
Para conseguir un mundo interconectado aún queda un largo camino por recorrer, pero los datos muestran una creciente tendencia.
Los últimos estudios realizados en 2018 afirman que el 53% de la población dispone de acceso a Internet (un 7% más que el año anterior, en 2017) y que el 75% de estos usan las redes sociales de manera habitual.
Otros estudios, realizados por grandes multinacionales del mundo IT, prevén que en 2020 habrá más de 30 billones de dispositivos inteligentes conectados a Internet y que en 2024 esa cifra se duplicará hasta alcanzar los 60 billones. Será, sin duda, una gran oportunidad de negocio y empleo. Las nuevas tecnologías necesitarán a muchos profesionales que puedan programarlas, idearlas e investigarlas.
A nivel de empresa, las que ya han adoptado soluciones IoT prevén que el 50% de los procesos de su negocio incluirán esta tecnología en 2022. Y por tanto, al tener un gran volumen de datos que poder analizar, prevén aplicar la Inteligencia Artificial, el Machine Learning y el Business Intelligence para extraer la información importante y actuar de manera eficiente para obtener mayores beneficios económicos.
Si tienes una pyme, debes saber que puedes implantar IoT con un ERP como SAP Business One, el sistema de planificación de recursos empresariales más usado por pequeñas y medianas empresas a nivel mundial. SAP Business One te permite controlar tu negocio mejorando los procesos clave, obteniendo información estratégica para tomar decisiones basadas en información en tiempo real y así impulsar el crecimiento sostenible de tu empresa.
Imagen de Statista.com
Para terminar, solo nos cabe decir que si estás interesado/a en IoT, conocido también como el Internet de las Cosas, ahora es el momento de apostar por ello. ¡Aprovecha las nuevas tecnologías para mejorar en productividad, eficacia y crecimiento de negocio!
Si no sabes cómo hacerlo, escríbenos a [email protected] o déjanos tus datos en este formulario y uno de nuestros consultores expertos se pondrá en contacto contigo para ayudarte en la transformación digital de tu empresa.
¡No te quedes atrás, da un salto hacia el futuro!